LOS ARGUMENTOS PARA LA LEY DE EDUCACIÓN ARTÍSTICA:

Que las artes son ante todo, una necesidad de todas las personas, teniendo doble valor como derecho, pues son portadoras de cultura y educación en una misma entidad, es decir, un eje vital para el desarrollo integral y también integrador. 

 Que en la celebración del primer centenario de la SEP, resulta necesario contar con una normativa sustantiva y clarificada respecto a las disciplinas educativas más importantes de todo sistema educativo: las artes; y transformar así, el imaginario colectivo sobre su valor como eje integrador de todos los procesos de enseñanza-aprendizaje, más allá de una visión del “arte por el arte”, del “talentoso” “para los artistas” o solamente “apreciar” y “expresar emociones” en un festival. 

Que se requiere actualizarse a la Educación a través de las artes del siglo XXI, así como superar la visión superflua, reducida, técnica y utilitaria de la Educación Artística (mal llamada “Artes”) con el fin de crear puntos en común en la comunidad escolar, para que la Educación Artística, sea significativa y no se convierta en algo incomprensible, provocando en el magisterio general y directivos, una imposibilidad para ejecutar y comprender estas disciplinas en el día a día escolar, más allá de un montaje artístico. 

Que la presente iniciativa no es un racimo de contenidos educativos (competencia de la SEP), sino un fundamento de principios para resolver la ambigüedad normativa de las artes en la educación y conferirle la precisión legislativa que merece, con el fin de enmarcar con certeza, claridad sobre los valores humanistas y científicos que las artes poseen; de este modo, saldar la deuda histórica desde 1521 y desde la fundación de la SEP 1921 para con las artes en la educación. 

Que la construcción de una política pública de esta envergadura, requiere el concenso de todas las voces, sobre todo la de de los docentes del día a día escolar, para atenderse con acciones no apresuradas ni centralizadas en unas pocas instituciones, sino de la alineación de todas las voces de forma democrática y participativa en todo México como un asunto de interés y seguridad nacional.

Que a partir de los principios aquí vertidos, la SEP deberá revisar y atender la visión ontológica, epistémica e histórica oficial del por qué, para qué, para quienes y cómo, de las artes en los procesos de enseñanza-aprendizaje en todo el país, ya que la visión actual, reduce al campo “Desarrollo Personal y Social” a la Educación Artística (mal llamada “Artes”) como asignatura tradicional, reducida a contenidos y enfocada en productos artísticos en vez de priorizar los procesos formativos en el estudiante y sus contextos, lo cual deslegitima su razón de ser  y praxis al no trabajarse de forma integradora con todas las áreas del desarrollo del niño, no sólo lo afectivo o estético. 

Que esta falta de legislación concreta para la Educación Artística, genera una crisis en el quehacer educativo nacional, tanto en papeleos institucionales constantes a lo largo del tiempo, como en el impedimento de una auténtica integralidad y transversalidad en los procesos de enseñanza, tal como los países más felices del mundo lo han aplicado; siendo las artes, la columna vertebral de todos sus sistemas educativos, más allá de adherir contenidos secundarios o utilitarios.

Que la potencia de la Educación Artística para moldear generaciones al ejecutar y proteger los derechos humanos colectivamente, está no sólo destinado a lo social, sino a lo académico, político y económico, al ser las artes, catalizadores de la creatividad, el trabajo en equipo, del pensamiento crítico y resiliencia que el mundo laboral exige hoy en día. Siendo al mismo tiempo, un apuntalamiento para el desarrollo de valores ciudadanos y comunitarios a corto, mediano y largo plazo, lo que lleva al abatimiento de la desigualdad en todas sus manifestaciones, el fin de la corrupción hacia  un país más justo, con un buen porvenir y en paz.

Que la Ley General de Cultura y Derechos Culturales señala que la política cultural del Estado deberá contener acciones para promover la cooperación solidaria de todos aquellos que participen en las actividades culturales, incluidos el conocimiento, desarrollo y difusión de las culturas de los pueblos indígenas del país, mediante el establecimiento de acciones que permitan vincular al sector cultural con el sector educativo; y conforme al artículo 4º constitucional, con pleno respeto a la libertad creativa. Dicho esto, es menester incluir la grandeza cultural de México en la educación básica a través de la Educación Artística para la educación general, con el fin no sólo de apreciar sino de proteger de forma activa y desde edades tempranas dentro de la escuela, nuestro patrimonio cultural material e inmaterial. Por ejemplo, vinculando los guardianes de tradición indígena, con las escuelas para el fomento y el florecimiento de nuestras culturas.