La educación artística ha experimentado una transformación significativa al pasar de la modernidad a la posmodernidad. La educación moderna, surgida a principios del siglo XX, se enfocaba en la expresión individual del «yo», la originalidad y la maestría técnica. Se basaba en un modelo donde el profesor era el transmisor del conocimiento y el estudiante un receptor pasivo. Este enfoque, aunque buscaba la liberación de la imaginación, a menudo caía en la estandarización y la repetición de patrones, limitando el potencial creativo y crítico de los estudiantes. El arte era visto como una forma de catarsis, una vía para aliviar las tensiones emocionales, pero con una pedagogía que se evitaba al considerarse que carecía de interés en los principios artísticos.
Por otro lado, la educación artística posmoderna propone una ruptura con este modelo tradicional. Se centra en la deconstrucción del conocimiento, cuestionando los planteamientos establecidos y desvaneciendo los límites entre disciplinas. En lugar de la estandarización, se valora la diversidad y el multiculturalismo, buscando rescatar las particularidades de grupos minoritarios como valores universales. El proceso de aprendizaje se vuelve más importante que el resultado final, fomentando la evaluación del aprendizaje en lugar del rendimiento. En este contexto, el estudiante ya no es un receptor pasivo, sino un participante activo y responsable de su propio aprendizaje.
La interdisciplina se convierte en un elemento central, promoviendo la mezcla de diferentes campos del conocimiento y cuestionando las jerarquías tradicionales. Se valora la capacidad del estudiante para encontrar problemas y proponer soluciones propias, en lugar de memorizar recetas o fórmulas. El papel del educador cambia, pasando de ser un transmisor de información a un «agitador político» que busca la justicia social. La escuela se transforma en un espacio donde las ideas «flotan» y seducen a los asistentes, invirtiendo el proceso tedioso de aprender.
La seducción, desde la perspectiva de Baudrillard, juega un papel crucial en esta transformación. Se propone como una alternativa a la lógica de la producción, convirtiendo la escuela en una experiencia generadora de «pérdidas» que impulsa al estudiante a la búsqueda activa del conocimiento. La seducción busca desviar al estudiante de su «verdad» preestablecida, generando una ausencia que lo motiva a buscar y apropiarse del saber. Moviliza el proceso entre la institución, el alumno y el maestro, obligándolos a actuar para no caer en la pasividad.
La educación artística posmoderna se caracteriza por la deconstrucción, la interdisciplina, el énfasis en el proceso, la diversidad y la responsabilidad del estudiante en su propio aprendizaje, utilizando la seducción como una herramienta para motivar y transformar la dinámica tradicional de la enseñanza. Se trata de un cambio radical que busca formar individuos críticos, creativos y capaces de desenvolverse en un mundo complejo y en constante cambio
La seducción, entendida desde la perspectiva de Baudrillard, se relaciona con la educación artística como un planteamiento alternativo a la lógica de la producción que tradicionalmente gobierna los sistemas educativos. En lugar de ver la educación como un proceso de impartir respuestas, la seducción propone convertir la escuela en una experiencia que genere «pérdidas» en el estudiante, lo que a su vez lo impulsa a la búsqueda activa de conocimiento.
Aquí hay algunos puntos clave sobre esta relación.
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Reversibilidad y Desafío: Baudrillard define la seducción como un «movimiento» o «actitud» que busca la reversibilidad e impone un sentido de desafío. En el contexto educativo, esto significa que la seducción busca desviar al estudiante de su «verdad» preestablecida, generando una ausencia que lo motiva a buscar y apropiarse del saber. La seducción es reversible en el sentido de que proviene del desafío que implica y del secreto en el que se sume.
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Superar la Dialéctica Tradicional: La seducción busca superar las oposiciones distintivas de la dialéctica tradicional, otorgando sentido a las escenas cotidianas de la vida social. Esto se traduce en la educación artística como una forma de cambiar el sentido de las cosas, modificando la sensación con la que los estudiantes se enfrentan a la monotonía de la clase.
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Transformación del Estudiante: La seducción en la educación artística moviliza el proceso entre la institución, el alumno y el maestro, obligándolos a actuar para no caer en la pasividad. El estudiante pasa de ser un receptor pasivo a un ente activo, inquieto y generador de conocimiento.
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La Escuela como Experiencia Generadora: La escuela, en lugar de ser un lugar que da respuestas, se convierte en una experiencia generadora de pérdidas que hace que el estudiante se convierta en un consumidor de búsquedas, y por lo tanto, en un generador de conocimiento.
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El Artista como Seductor: El artista que enseña adopta el papel de un seductor que «confunde» su rol con el del espejo de la institución educativa, donde el estudiante se refleja sin pensarlo, mientras el espejo lo piensa. Este seductor, a través de la seducción, busca cautivar a los estudiantes, adaptando el proceso educativo al grupo específico de aprendices.
En esencia, la seducción en la educación artística, según Baudrillard, busca transformar la dinámica tradicional de enseñanza-aprendizaje, movilizando a los estudiantes a través del desafío y la pérdida para convertirlos en participantes activos y generadores de su propio conocimiento. Se trata de cambiar el sentido de la experiencia educativa, volviéndola un proceso seductor y cautivador.
La educación artística moderna y posmoderna se contrastan en varios aspectos clave, según el texto. Aquí te presento una comparación detallada:
Educación Artística Moderna:
- Énfasis en el «Yo»: La educación moderna en el arte surge a principios del siglo XX, con un enfoque en el «yo» y la expresión creativa individual. Se buscaba que el arte fuera una catarsis para las tormentosas existencias de alumnos y profesores.
- Valoración de la Originalidad y la Creatividad: Los maestros de arte evaluaban a sus alumnos según su grado de originalidad, creatividad y talento previo. La psicología, fascinada con el «yo», validaba esta expresividad individual.
- Enfoque en la Técnica y la Imitación: En sus inicios, la educación artística moderna se enfocaba en la imitación, la técnica y el encierro de la academia. Sin embargo, con el tiempo, se cargó de poder a los elementos básicos del arte (puntos, líneas, planos), y se dirigió la mirada hacia cánones más enfocados al diseño por su belleza y armonía formal.
- Pedagogía Evitada: La pedagogía se evitaba, pues se consideraba que carecía de interés en los principios artísticos modernos.
- Métodos Didácticos: Los métodos didácticos se centraban en copiar el trabajo de artistas o la naturaleza, como en el dibujo del natural. Se enseñaba el dominio de la línea y el color mediante ejercicios sistemáticos.
- Liberación de la Imaginación: Se buscaba liberar la imaginación del artista o del niño, eliminando reglas e ideas adultas.
- Arte como Catarsis: El arte se veía como una forma de aliviar las tensiones de alumnos y profesores.
- Estandarización: La escuela moderna, a pesar de buscar la originalidad, caía en la estandarización de individuos mediante programas, alto rendimiento y competencias, lo que resulta cuestionable. La repetición de patrones y la estandarización no generaban conocimiento, solo saturaban las memorias.
- Conocimiento No Adaptable: El conocimiento ofrecido en las escuelas modernas no era adaptable ni flexible, y estaba sujeto a calificaciones y evaluaciones que reflejaban la habilidad para copiar.
Educación Artística Posmoderna:
- Enfoque en la Diversidad y el Multiculturalismo: La posmodernidad dirige la mirada al estudio de grupos representativos «minorías» (individualismo y multiculturalismo) como reflejo de los rincones no alcanzados por la globalización. Se busca rescatar las particularidades de estos grupos y convertirlos en valores universales.
- Deconstrucción del Conocimiento: La educación posmoderna en el arte se enfoca en la deconstrucción, que consiste en tomar una idea, institución o valor y comprender sus mecanismos. Se busca quitar el «cemento» que constituye las ideas, mostrando cómo se han construido a partir de procesos históricos y acumulaciones metafóricas. El conocimiento es visto como un proceso inacabado.
- Interdisciplina: Se promueve la interdisciplina, desvaneciendo los límites entre las diferentes disciplinas. Se pone en tela de juicio los planteamientos establecidos, así como los recursos multimedia.
- Énfasis en el Proceso: A diferencia de la educación moderna, la posmoderna no se preocupa tanto por el resultado como por el proceso, haciendo mayor hincapié en la evaluación del aprendizaje.
- El arte posmoderno es auto consciente y conceptualmente complejo: Se caracteriza por la contradicción, la ironía, la ambigüedad y el engaño.
- Pastiche y Eclecticismo: En el arte posmoderno, se reconocen ideas sobre el progreso en el uso del pastiche y el eclecticismo, retomando elementos del pasado para transformarlos en una nueva actitud.
- Conocimiento como Construcción Personal: El conocimiento se genera a partir de la vivencia y el aprender es una responsabilidad propia. La escuela se convierte en un espacio donde las ideas «flotan» y seducen a los asistentes, invirtiendo el proceso tedioso de aprender. Se busca que el estudiante desmenuce su saber y lo confronte para hacerlo suyo.
- Contexto Local: La educación posmoderna reconoce lo local como el contexto fundamental de trabajo, siempre dentro de lo global.
- Currículo como Micronarrativa: El proceso de aprendizaje se entiende como una micronarrativa, donde se distribuye el poder en el aula.
- Redes de Conocimiento: La educación posmoderna genera redes de conocimiento y pequeños microcosmos dentro del gran universo de la profesión.
- El papel del educador: El educador se convierte en un «agitador político», cuyo objetivo es alcanzar la justicia social.
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