Monica Perez Quintero
Chiclegrafías: Mimesis y Narraciones desde Otras Huellas de BioIdentidad
Sistema complejo. para la obtención de evidencias y la construcción de saberes líricos.
Experiencia de aprendizaje, colectiva
En este espacio, exploramos la intersección entre la identidad o retrato biométrico y el arte como experiencia de aprendizaje, utilizando chicles que registran la mordida y revelan la esencia única de cada individuo.
A través de esta experiencia sensorial, nos trasladamos desde la mímesis y los elementos formales del arte,hasta la significación de elementos en el retrato biométrico. mientras vivenciamos el placer de saborear un chicle, el tiempo dedicado a su masticación y el modelado de un retrato.
La mimesis, un concepto arraigado en la historia del arte, se refiere a la representación o imitación de la realidad. En esta obra, la mimesis se manifiesta de manera singular, ya que el chicle es un objeto efímero y personal que adquiere características únicas a través de la masticación. Cada mordida deja su huella, capturando la identidad y la singularidad de quien la realiza.
Al adentrarnos en esta experiencia, reflexionamos sobre los elementos formales del arte. La mordida se convierte en un gesto, en una forma efímera y delicada que deja su marca en el chicle. La textura y la forma que adopta son testimonios visuales de un proceso íntimo y personal. A medida que exploramos las variaciones en las mordidas, descubrimos un paisaje visual único y fascinante, un juego de luces y sombras creado por los rastros dejados por los dientes.
Pero esta obra va más allá de la apreciación estética. Al masticar el chicle, saboreamos no solo su dulzura, sino también la esencia de cada individuo. El gusto se convierte en un portal que revela parte de nuestra identidad, una identidad que puede ser capturada y almacenada en estos chicles biométricos. A través de ellos, se crea un archivo de identidades, una decena de historias entrelazadas por un acto tan simple como masticar chicle.
En cada chicle, se almacenan momentos efímeros que se desvanecen con el tiempo. La duración de la masticación varía de persona a persona, creando así una representación única de la experiencia individual. El tiempo se convierte en una dimensión adicional, un elemento que influye en la forma y el resultado final. Cada chicle es un testimonio de ese tiempo invertido, un eco de una experiencia irrepetible.
La mordida biométrica revela la identidad del masticante, pero también cuestiona la naturaleza misma de la identidad. ¿Qué es lo que realmente define quiénes somos? ¿Es acaso nuestra mordida única un reflejo verdadero de nuestra esencia? Estas preguntas trascienden los límites de esta obra y nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia individualidad y nuestra conexión con el mundo que nos rodea.
A través de esta obra de arte objeto, nos sumergimos en la diversidad y la unicidad de la experiencia humana. Cada chicle encapsula una historia, un fragmento de vida que trasciende la brevedad de su existencia. Contemplamos la intersección entre la identidad individual y el arte, donde la masticación se convierte en una forma de expresión efímera pero poderosa.
Al saborear el chicle, no solo disfrutamos de su dulzura y nos deleitamos en el acto de masticar, sino que también nos enfrentamos a nuestra propia identidad. Nos preguntamos quiénes somos realmente y cómo nos conectamos con el mundo a través de nuestra singularidad. La mordida biométrica se convierte en un medio para explorar estas cuestiones, desafiando nuestras percepciones y creando un diálogo entre el arte y nuestra existencia.
Así que los invito a sumergirse en esta experiencia, a adentrarse en la fascinante convergencia entre la mimesis, los elementos formales del arte y el sabor de la identidad revelada. Abracen la fugacidad del tiempo y la belleza en lo efímero. Descubran cómo la masticación de un chicle puede desvelar aspectos profundos de nuestra individualidad para retratarse en otros medios que explorar y cuestionar nuestra propia existencia.